Un video anónimo e impactante viene circulando en redes sociales. Se trata de la historia del funcionario de Sunat, Jaime Hugo Huamaní Pauza, y no solo corroboraré los hechos que en él se presentan, sino detallaré cómo es que la propia Sunat hizo un espíritu de cuerpo para evitar que se profundicen las investigaciones.

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=1274807855919594&id=364000753666980

espíritu de cuerpo

Hace pocos meses, fuentes del interior de la Sunat me alertaron de esta situación. Moví cielo y tierra para conseguir los documentos pero fue imposible obtenerlos formalmente. Cuando ya parecía todo perdido, recibí un sobre cerrado con los documentos, esto es, la Carta de Despido Nro 27-2016-SUNAT/8A1300 y la demanda interpuesta por el propio Huamani Puza, representado además por el estudio Sermán de la Cruz, que obtuvo la Medida Cautelar N° 506-2016-99 del 11 de mayo último. 

Luego de corroborar que se trataban de documentos oficiales de la propia Sunat y del 1er Juzgado Laboral de Loreto, procedí a solicitar formalmente las imágenes que se detallan en él, amparado en la ley de transparencia y acceso a la información pública, a la SUNAT. Ahí empezó un cruce de correos entre la Institución y yo, puesto que su negativa era evidente y mi insistencia, molestosa para ellos.

Resulta que el señor Juan Manuel Flores Gaona, en ese momento Intendente Nacional de Recursos Humanos me dijo que lo iba a consultar con Rosalía Muñoz, Secretaria General ahora promovida a Intendente de Lima, para luego mandarme a la Oficina de Comunicaciones. Le escribí directamente a la señora Muñoz y ella me envió dijo que dicha área – Comunicaciones – estaba viendo el caso.

Por su parte, Maria Cecilia Velásquez Espinoza, Jefe de la División de Gestión de Control Disciplinario, me respondió que no podía entregarme las imágenes puesto que la judicialización de un caso constituye una excepción de la ley de transparencia, y que el caso se encuentra judicializado en este momento. Lo que consulté de inmediato es el número de expediente y juzgado donde se está viendo el caso, y ya no obtuve respuesta alguna. Como era de esperarse, el área de comunicaciones, donde supuestamente había sido derivado mi pedido, nunca se comunicó conmigo.

Con esto quedó completamente bloqueada la investigación y nos propusimos replantearla en un viaje a Iquitos a probar suerte por allá, hasta que apareció este video. Es necesario resaltar que el espíritu de cuerpo es por el lado de funcionarios que manejan los hilos de la institución, pero existen trabajadores que han mostrado su indignación sea de manera anónima, por un comprensible temor a las represalias, o abiertamente como los afiliados al SINAUT SUNAT, quienes incluso ha hecho público un comunicado de repudio y ha solicitado el material a la propia Sunat. (https://www.facebook.com/sinautsunat/posts/1448997471784557)

el caso que indigna

Pues bien, sobre el caso resumido en el video es necesario hacer algunas precisiones. El contenido del mismo, más allá de transmitir una comprensible indignación de quien lo hizo público, contiene información real que se encuentra detallada en la carta de Pre Despido del 8 de enero del presente año.  

Los pormenores que se pueden apreciar en este documento, son ciertamente sórdidos. Cuando se inician las investigaciones se dan con la sorpresa de que sólo existían videos de vigilancia en el archivo con cuatro meses de antigüedad, y solo ese período fue suficiente para registrar más de media docena de “visitas” de Huamaní Puza a su oficina con la menor fuera de todo horario de trabajo. Visitas cortas con la misma modalidad, noche, luces apagadas, una extraña mujer esperando afuera.

Huamaní Puza nunca pudo explicar con certeza su relación con la niña ni con la mujer, puesto que siempre entró en contradicciones con ellas. La trata de menores fue la primera sospecha, entre otros muchos delitos posibles. Por su parte, todos los efectivos de seguridad interrogados coincidieron en sus testimonios y detallaron cada una de aquellos perturbadores ingresos del funcionario con esta pequeña. Las huellas dejadas han sido más que claras y contundentes, el papel higiénico humedecido, el blíster con un derivado del viagra que se usa para la disfunción eréctil, el voucher de compra en la farmacia minutos antes del ingreso al local, dan muestras claras de que al interior de la Sunat se cometieron actos muy alejados de las funciones públicas.

Pero lo más espectacular de toda esta historia es que Huamaní Puza ha sido el gran beneficiado. Cobró una jugosa liquidación y luego ha sido repuesto en su cargo como si nunca lo hubieran despedido, cobrando además por costes del proceso. En la actualidad sigue siendo Jefe del Departamento Técnica Aduanera, con un sueldo básico de S/ 10,142.60, dinero de todos los peruanos por cierto, con el cual podrá seguir andando con niñas a vista y paciencia de las autoridades que terminan siendo cómplices de Huamaní, aunque quieran tapar el sol con un dedo.