El titular de la Sunat, Víctor Shiguiyama, acaba de emitir una resolución dejando sin efecto la designación como asesor de confianza de Ricardo Toma Oyama. Este funcionario había sido denunciado dentro del caso Indesta y también está involucrado en otros casos cuestionados como el famoso alquiler del local del Hotel Crillón. Esta medida marca el inicio de la caída de los amigos de Tania Quispe, la ex superintendente prima de Nadine Heredia.
el opositor silenciado

Víctor Shiguiyama Kobashigawa ha marcado distancias de Tania Quispe y esta resolución lo confirma. Toma Oyama ha sido funcionario de confianza de la prima de Nadine Heredia luego de que él mismo, a través de unos correos que salieron a la luz, había objetado la contratación de los famosos “cursos fantasma”, que contrataba el Indesta.  

El economista Ricardo Toma Oyama inicialmente acusó las irregularidades de estos cursos y su modalidad, mediante una serie de correos electrónicos donde señala claramente los peligros de llevarlos a cabo de la manera en la que lo estaban haciendo.

Es así que el 20 de enero del 2014, a las 16.02 minutos de la tarde Ricardo Toma Oyama le dirige una primera comunicación a Victor Martin Ramos Chavez, quien remplaza a Tania Quispe en la jefatura de la SUNAT, diciéndole textualmente “no entiendo porque nos mandan documentos como si este curso fuera a pedido de cada colaborador y con la Universidad Cesar Vallejo que no tiene los pergaminos para esto. Y más cuando el mismo Presidente Humala, está discutiendo que se use una universidad para conseguir dineros que se usan con fines políticos”.

Toma Oyama agrega que dictar el mismo curso a personal que está en diverso nivel de conocimientos no es correcto, que antes se tuvo que hacer un diagnóstico de la necesidad de los trabajadores porque en muchos casos esos conocimientos ya se habrían impartido y se habían pagado por la SUNAT. Agrega además que nadie podría avalar el pago de 4,000 soles por cada colaborador a la Universidad Cesar Vallejo.

Este funcionario concluye esta primera comunicación con las siguientes líneas “el tema es que cuando esto se investigue los colaboradores y los directivos saldremos como cómplices de un fraude al tesoro”

El mismo lunes 20 de enero del 2014 a las 17.06 horas, Victor Martin Chavez Ramos responde el correo de Toma Oyama de manera escueta: “Ricardo, nosotros proponemos el curso, sin embargo la forma de contratación es a través de la INRH y el INDESTA. Saludos. Martín”

Ricardo Toma no desiste y envía otro e-mail esta vez a Enrique Vejarano Velasquez diciendo que la forma de contratación y los formaos usados no son los correctos y concluye diciendo “nosotros queremos apoyar y colaborar en todo pero nadie nos puede pedir algo que contraviene las normas u lo que se firma, debo recordar que el principal valor de la SUNAT es la integridad”

La respuesta de Enrique Vejarano es furibunda, después de señalar que los cursos son institucionales dice textualmente: “… sí me disgusta cuando se saca cuerpo de decisiones corporativas. Mandaré un memo circular señalando la obligatoriedad de dichos cursos en aquellos que ustedes designen. Espero con eso quede zanjado el tema. Enrique”

la cofradía y el silencio

Toma Oyama, en ese tiempo se desempañaba como Intendente Regional de Lima, y fue involucrado en diferentes escándalos de gestión, como el alquiler del local del Hotel Crillón a pesar que no cumplía con las condiciones previstas para ser local de la Sunat.  

Sin embargo, a pesar de ello, fue designado por la propia Tania Quispe como Superintendente Nacional Adjunto de Administración Interna, un cargo de confianza. Según fuentes al interior de la Sunat, lo que había ocurrido es que había pasado a formar parte de “La Cofradía”, que era el entorno de Tania Quispe y que manejaba los hilos de la institución.

“Por eso es que calló luego en todos los idiomas a pesar que inicialmente se opuso a lo de Indesta, que se convirtió en el área preferida para las malas artes de Luis Polo y Tania Quispe”, nos dice nuestra fuente. La modalidad era que obligaban a los trabajadores a tomar cursos que no necesitaban, que muchas veces no se dictaban y todos absolutamente sobrevaluados.

Los trabajadores debían de llenar un formulario “solicitando” a SUNAT el financiamiento de dichos cursos; esto con la finalidad de evitar el control del OSCE, que es el ente regulador de las contrataciones públicas. Contrataban siempre a las mismas instituciones educativas, como la Universidad César Vallejo, que en ese sentido también tiene mucho que explicar.

toma oyama en la interna

Según diversos funcionarios al interior de la Sunat, el defenestrado Toma Oyama usaba su poder en Recursos Humanos de la SUNAT, para amedrentar a los trabajadores que denunciaban la corrupción interna, así tenemos la investigación que orquestó en contra del catedrático Oscar Sánchez.  

Incluso afirman que que su influencia llegaría hasta el Tribunal Fiscal con quienes habría coordinaciones para presumiblemente beneficiar a grupos económicos, presionar rivales políticos y perjudicar a enemigos de anteriores gobiernos.

Las mismas fuentes, señalan que ni siquiera las más de una docena de denuncias penales en su contra, en Lima y Callao, en fiscalías comunes y anticorrupción; lograban inmutarlo, pues contaba no solo con el incondicional apoyo de “La Cofradía”, sino con una estrecha conexión en Control Interno y en la Procuraduría Pública.